jueves, 31 de enero de 2013

"El Mal pagao"

  Otro pobre "EmPalmao".
Que sólo pasaba por allí.


http://www.elconfidencial.com/archivos/ec/2013013160pp_ampliabl.jpg
Demos gracias al "Señor". Estamos ya en Carnaval.., pues este País ye pa llorar. Llorar, llorar...
 ¡ Viva la Guardia Civil !

martes, 22 de enero de 2013

Quisiera estar en Cai.., Cadiz.

Quisiera........! Bailar, bailar...
 Bailando sobre el desastre.
 Bailar malditos, bailar.
Quisiera estar en Caí, Cadiz. Y perderme por la telaraña de sus calles.
Y "Bailar" toda esta mierda que me arrodea.
Que me digan "picha.." y se me trabe la lengua.., ¿ dime "chocho" ?
Caí, Cadiz.., quisiera estar en Cadiz.
http://www.cadenaser.com/recorte/20130112csrcsrsoc_2/XLCO/Ies/Cartel-Carnaval-Cadiz-2013.jpg

Rabilar...http://carnaval.lavozdigital.es/
Y un poco de música pa bailar............."España es idiota"

domingo, 13 de enero de 2013

Asturias - 1962


Rabilando por la "nube", la "araña".., los "tubos" del internet. Encontré esta pequeña joya.

Asturias-1962

sábado, 5 de enero de 2013

Vomitando conejos

El Beso by Pablo Alboran on Grooveshark
Vomitando conejos. Bonitos conejos blancos.
 ( No dejes que te quiten lo sueños. Vomita bellos conejos blancos )
 ( Es Gratis )
 Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve. Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose. Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas. 
( En el año 13, que vienen los reyes magos.., vomita bellos conejos blancos. No dejes que te quiten los Sueños )
(A. Cortazar.- Carta a una señorita en París)